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"The Witch Doctor Song" is a popular novelty song that was written and performed by Ross Bagdasarian Sr., also known as David Seville, in 1958. The song is best known for its distinctive use of the created language known as "Oo-ee-Oo-ah-ah Ting Tang Walla Walla Bing Bang," which became the memorable hook of the song. The song tells a fictional story about a man who visits a witch doctor to seek advice on how to win the heart of the woman he loves. The witch doctor advises him to perform a series of actions, including wearing a feather in his hair, putting on the classic witch doctor charm of "Oo-ee-Oo-ah-ah Ting Tang Walla Walla Bing Bang," and dancing. The song's lighthearted and playful melody, combined with Bagdasarian's fast-paced and high-pitched vocals, created a catchy and memorable tune that quickly became a hit.

The song's lighthearted and playful melody, combined with Bagdasarian's fast-paced and high-pitched vocals, created a catchy and memorable tune that quickly became a hit. "The Witch Doctor Song" reached number one on the Billboard Hot 100 chart, where it stayed for three weeks, and it also achieved international success. The success of the song led to the creation of the popular fictional characters Alvin and the Chipmunks, which Bagdasarian utilized in later recordings.

La amatista: legendario amuleto del mejor estilo

Con un color púrpura inconfundible, la amatista es uno de los cuarzos más codiciados.

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Desde el antiguo Egipto y Mesopotamia, la amatista ha ido de la mano de los metales preciosos en joyas y exquisitos ornamentos, gracias a su color y a los poderes que le han sido atribuidos a lo largo de los siglos y, no tanto, a su ‘pedigrí’.

Se trata de un tono violeta dado por los restos de hierro que –como en todo silicato, familia a la que pertenece este tipo de cuarzo– hay en su composición y les ha servido a diferentes personajes de la historia como fuente de inspiración para dotarla de superpoderes.

Minerales de la Tierra. Amatista

Colecciones EL TIEMPO

Por ejemplo, en la Edad Media, los soldados portaban pequeños fragmentos del mineral en sus corazas, en busca de protección en el campo de batalla; inclusive, por siglos su valía fue equiparable a la del zafiro o la esmeralda, y aun el mismo Leonardo da Vinci dejó por escrito que la amatista potenciaba la inteligencia y alejaba los malos pensamientos.

Otro de los puntos a favor de este cuarzo es su génesis en las geodas, “un tipo de rocas que se forman cuando el magma del centro de la Tierra se solidifica en el exterior”, como explica el fascículo número cuatro de la colección Minerales de la Tierra, que circulará mañana con EL TIEMPO y que, además de brillar con uno de los ejemplares más enigmáticos del espectro de los silicatos, realiza una importante y condensada exposición de los cristales.

Por ejemplo, explica la disposición atómica dentro de cada estructura mineral y que se repite para darle forma perfectamente simétrica a cada cara y, con ello, ubicar al cristal dentro de uno de los siete sistemas de clasificación (cúbico, hexagonal, monoclínico, tetragonal, triclínico, romboédrico y rómbico); asimismo, esta entrega invita a hacer un sencillo experimento en casa para identificar el proceso de formación de los cristales y da cuenta de un lugar mágico en donde estos son los más bellos pilotes de construcción.

Minerales de la Tierra. Amatista llegará este jueves con EL TIEMPO por un costo de 28.900 pesos (incluye el fascículo y la piedra). Los interesados en adquirir la colección completa a un precio de 1’383.900 pesos para suscriptores, y de 1’615.000 pesos para no suscriptores, podrán hacerlo a través de tienda.eltiempo.com/mineralesdelatierra o llamando en Bogotá al 4 26 6000, opción 3, y en la línea nacional gratuita 01 8000 110 990.

PILAR BOLÍVAR
PARA EL TIEMPO

Otro de los puntos a favor de este cuarzo es su génesis en las geodas, “un tipo de rocas que se forman cuando el magma del centro de la Tierra se solidifica en el exterior”, como explica el fascículo número cuatro de la colección Minerales de la Tierra, que circulará mañana con EL TIEMPO y que, además de brillar con uno de los ejemplares más enigmáticos del espectro de los silicatos, realiza una importante y condensada exposición de los cristales.

The song was later covered by various artists and has been featured in films and television series. The use of the created language in the song, with its repetitive and nonsensical lyrics, added to the song's popularity and made it a favorite among children and adults alike. The simple and catchy chorus of "Oo-ee-Oo-ah-ah Ting Tang Walla Walla Bing Bang" is often remembered and recognized, even by those who may not be familiar with the full song. Overall, "The Witch Doctor Song" original lubeics left a lasting impact on popular culture as a fun and memorable novelty song that continues to be recognized and enjoyed. The song's playful lyrics, catchy melody, and unique use of language created a delightful listening experience that has stood the test of time..

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